En la Argentina, ya funcionan varios parques destinados a generar electricidad, y se espera la inauguración de varios más. La tendencia también aumenta en el mundo.
Las energías renovables no paran de crecer en la Argentina y la eólica es una de las que más fuerte se instaló en el mercado. Se obtiene a partir de la fuerza del viento, que al entrar en un sistema determinado la convierte en electricidad.
Según datos de la Cámara Argentina de Energías Renovables, en el país, en septiembre de este año, este tipo de energías alcanzó el 3,1% de la oferta total, lo que marcó un nuevo récord de penetración en el mercado mayorista. Este número, justamente se produjo debido a la incorporación de varios parques eólicos en el sistema, como el de Rawson, el Corti, La Castellana, Achiras y Manantiales Behr. A ellos se sumó la puesta en marcha de dos centrales solares fotovoltaicas. Además, por una baja en la generación de Atucha 2, la producción renovable superó a la nuclear.
La energía eólica pisa fuerte dentro del programa RenovAr, que impulsó el Gobierno para promover estas actividades. De los 197 proyectos adjudicados hasta la fecha, en 21 provincias y por un total de 5921 megawatts de potencia, 63 pertenecen a la tecnología eólica. Le sigue de cerca la solar, con 61 iniciativas.
La energía eólica se explota a partir de aerogeneradores, que pueden funcionar solos o agrupados en parques. Se trata de torres que tienen una turbina en la parte superior, con un generador eléctrico. Las aspas de estos molinos están conectadas al rotor, que envía la energía al generador eléctrico ubicado en la base de la estructura.
Los beneficios del uso de este tipo de energía sustentable son muchos. En principio, el viento es una fuente inagotable que está disponible en cantidad en muchos lugares del mundo. Por otra parte, un parque eólico ocupa poco espacio en comparación con otras plantas, como las de energía fotovoltaica. Además, el área puede restaurarse fácilmente en caso de que quiera revertirse la construcción. Esta energía es limpia, con bajo impacto ambiental; no contamina ni produce gases tóxicos. Por último, el costo es relativamente bajo.
Las dificultades que se pueden encontrar a la hora de trabajar con este sistema, son las que dan las condiciones climáticas. El viento puede ser impredecible en algunas regiones. Algunos cuestionan el impacto que los aerogeneradores pueden generar en el paisaje, y otros aseguran que los parques pueden alterar negativamente a la fauna local, especialmente a las aves, que se pueden chocar a la noche con las aspas. Sin embargo, estas desventajas son menores en comparación con el impacto ambiental que presenta el uso de energías tradicionales.
En la Argentina ya funcionan varios parques eólicos, como el Ingeniero Mario Cebreiro, en Bahía Blanca, que tiene una capacidad de 100 megawatts; el Rawson y el Loma Blanca, en Chubut; el Arauco, en La Rioja; y El Jume, en Santiago del Estero.
El Manantiales Behr, en Chubut, tiene 30 equipos cuyas torres miden 84 metros. Las aspas de los generadores tienen una longitud de 54 metros. La potencia que genera es de 100 megawatts. Este parque fue creado por YPF Luz, que también prepara el de Los Teros, en Azul. Según contó Martín Mandarano, el CEO de la empresa, este llegará a los 170 megawatts y tendrá 45 equipos en funcionamiento. La compañía también desarrolla el parque Cañadón León, en el norte de Santa Cruz, que producirá 120 megawatts.
En el mundo, muchos países tienen una alta generación de energía de este tipo. China, por ejemplo, busca expandir el uso de energías sustentables para reducir la contaminación, y cerró el año 2017 con una producción eólica que abarcó el 4,8% del total del país.
India también quiere crecer en este sentido, y planea quintuplicar la electricidad proveniente de energías renovables para el año 2022. Quiere reducir su dependencia del carbón, que genera el 59% de la energía. De esta manera quiere solucionar el déficit energético y dejar de contaminar.
Según explicó Martín Mandarano, Europa tiene características geográficas que la hacen más competitiva que nuestro país para la generación de energías renovables. “La Argentina tiene hacia un lado el Océano Atlántico y hacia el otro la Cordillera, no tenemos vecinos que nos puedan abastecer. Es distinto a Europa, que es como una Argentina acostada y tiene distintos husos horarios, que hacen que en una parte haya luz y en la otra no. En la Argentina los recursos renovables están muy alejados de la demanda. El sol está en el norte, el viento, en el sur, y la demanda en el centro, por lo que se necesita mucha red de transporte”, explicó.
En Europa, el año 2017 terminó con el 18% de generación de energía eólica sobre el total de la producción, lo que la convirtió en la segunda fuente, por detrás del gas natural. Alemania está al frente, con 56,1 gigawatts de potencia eólica, luego de instalar en 2017 el 42 por ciento de todos los nuevos aerogeneradores europeos. España le sigue, con 23,1 gigawatts. El objetivo del continente es lograr que en 2030 el 50 por ciento de su consumo sea de energías renovables. Por el momento, la situación avanza más despacio en los países del este, que aún siguen quemando carbón.